¡Descubre el Legado!
La escultura “Las Caladoras de Ingenio”, toma su diseño de un calado que sirve de base para seguir trabajando con diferentes puntos de calado.
Conforma un gran paño de hormigón formado por unas 680 piezas a modo de gran telar.
Obra de Noemí Arrocha y Juan José Bravo, se ha querido homenajear a las caladoras de la Villa de Ingenio y a la tradición del calado, identificativa del municipio.
La Villa Artesana por Excelencia
Como pueblo artesano por excelencia este hermoso arte del calado que va de la mano de sus artífices, “las caladoras”, se realizan en la actualidad en los hogares del municipio de Ingenio manteniéndose como un trabajo con “sello único” y seña de identidad.
Historia que se respira
El origen de los calados parece estar localizado entre la frontera portuguesa y las provincias andaluzas y extremeñas, dada la similitud de determinadas técnicas que, en el desarrollo insular, han encontrado una particular manera de manifestarse. La confección de los calados se realizó dentro de la unidad de producción familiar, al menos hasta 1891, año en que comienza a organizarse bajo el esquema de explotación estilo madeirense. Ya en 1901, el éxito productor y el auge en la demanda externa, benefician la apertura de la primera casa exportadora de calados insular.
El principal centro receptor en esos momentos fue Londres, que además tenía el monopolio en el abastecimiento de las materias primas para la industria.
El calado canario: diferente y único
El oficio del calado canario tiene unas características que lo diferencian del resto de los oficios tradicionales:
- Pasó de ser una actividad desarrollada como entretenimiento femenino a adquirir rasgos de pequeña industria manufacturera.
- El trabajo consiste en confeccionar labores caladas en su fase intermedia, es decir el calado propiamente, la preparación de la tela lo hacen las repartidoras.
- Los grupos de caladoras se concentran en zonas de monocultivos agrícolas de exportación y aparcería, porque las caladoras compaginaban las dos actividades (aparcería y calados), en distintas épocas del año.
- El lugar de trabajo es el propio domicilio de la caladora, pero el aprendizaje se hacía en Centros dedicados a esta enseñanza.
- El trabajo es a destajo, ya que se recibe una retribución económica a cambio de piezas terminadas.
- Las caladoras carecían de cobertura social o laboral.
- Las herramientas de trabajo corren por cuenta de las caladoras, las materias primas por cuenta de las repartidoras.
- La relación laboral y los encargos son siempre verbales.
Un oficio mayormente femenino
La mano de obra necesaria era eminentemente femenina, se obtenía básicamente, en el ámbito rural, y concretamente, en las zonas dedicadas a monocultivos agrícolas estacionales de tomate.
Sin embargo, al acabar la Primera Guerra Mundial, la demanda de calados disminuyó considerablemente, y el número de caladoras fue mermando progresivamente hasta la década de 1950, momento en el que se crea la Sección Femenina, que reactiva este tipo de producción, dándole mucho auge.
Dentro de las actividades artesanas tradicionales de Canarias los calados siguen siendo considerados como uno de los trabajos más delicados y minuciosos del sector artesano.
Podemos añadir, sin miedo a equivocarnos, que el calado ha sido la labor artesanal con mayor proyección en los mercados internacionales (Inglaterra, Estados Unidos, y en menor medida, Alemania y Francia).
A lo largo del siglo XX, a pesar de la competencia extranjera (escocesa, madeirense y japonesa), esta producción logró mantenerse gracias a la mano de obra barata y femenina de los sectores populares más desfavorecidos.
Así el intermediario y empresario aportaba la tela y compraba el producto final, la repartidora que servía de enlace con el empresario repartía las telas una vez marcadas y las caladoras realizaban el trabajo.
El otro modo de producción era por encargo, donde el cliente daba la tela a la caladora a la vez que se acordaban un precio. Ya en la década de los años sesenta del siglo XX, la transmisión de conocimientos y el mantenimiento del oficio de caladora jugó un papel relevante en los Talleres de Artesanía creados por la Sección Femenina en las distintas islas del Archipiélago.
Situación que podemos transportar a nuestros días con la creación de Talleres de Empleo y Casas de Oficios.
El Taller: el centro de todo
La caladora realiza el trabajo dentro del ámbito doméstico, de manera que el bastidor o telar de calar, puede estar ubicado en alguna de las dependencias familiares. De esta forma, la artesana puede realizar su labor, de manera complementaria, a otras tareas u ocupaciones del hogar.
Herramientas
Para la ejecución de los calados, se utilizan unas herramientas que también podríamos encontrar en los trabajos de costura:
- La herramienta singular del calado canario es el bastidor, que es una estructura de madera en la que se fija la tela para facilitar la tarea
- Cuando el bastidor que se utiliza es amplio, se recurre al uso de burras sobre las que apoyarlo para mantener la obra en horizontal, y bien fijada
- Tijeras pequeñas de punta fina
- Hilo de carrete para tensar
- Agujas de calar
- Dedal
Materias Primas
Los materiales que se utilizan para realizar las labores de calado son las siguientes:
- Telas
- Para realizar piezas grandes (toallas, manteles, bandejas o caminos de mesa, de cualquier tamaño), que necesitan consistencia, se usa la tela de lino (popularmente denominada de hilo) y telas de algodón.
- Para los juegos de sábanas, blusas y pañuelos, se utiliza la tela de algodón o batistas.
- Hilos de algodón.
- Para calar tela de lino se usan ovillos de perlé, nº 16 y 20, y madejas de perlé del nº 8.
- Para calar tela de algodón se usan ovillos de perlé del nº 20 y madejas de perlé del nº 12.
- Para calar tela de batista, se emplean hilos finos de coser a máquina y madejas de bordar.
El Proceso de Trabajo
El calado consiste en deshilar la tela para después sobre la trama que creamos calar con hilos los dibujos elegidos, logrando con ello diversos y complicados motivos. Estos dibujos están inspirados muchas veces en la flora o en motivos arquitectónicos que igualmente han tomado sus formas de la naturaleza. Para calar, se siguen los siguientes pasos:
- Cortar la tela según las medidas del trabajo que se va a realizar.
- Marcado de la pieza, que se hace tanto en horizontal como en vertical, dejando 2 cm de borde.
- Puntillo, o hacer el vuelto a la tela, para evitar que la tela se deforme al deshilarla.
- Deshilado o sacado de las hebras, cuyo esquema irá en función del diseño a calar.
- Puesta en el telar. La tela que vamos a calar se sujeta a unos trozos de tela previamente clavados en dos de los cuatro bastidores de madera que forman el telar, se le ponen las varillas, y se colocan la tachas, dejando la tela tirante; y luego, tensamos con hilo desde la tela a las varillas.
- Calado de la tela, que consiste en ir atando las hebras sueltas que han quedado en el deshilado, e ir hilando los espacios vacíos, adornándolos con una amplia gama de dibujos.
- Una vez confeccionado el trabajo elegido, se pasa a la última fase del trabajo con:
- Remate con un festón por todo el borde de la pieza.
- Lavado de la pieza en el telar, y secado al sol.
- Recorte del festón.
El aprendizaje del calado canario se hacía en talleres en donde se impartían clases a las alumnas que solían comenzar a muy corta edad. En este oficio existía la figura de la repartidora, o persona cuyo negocio era repartir las telas y los diseños, entre las caladoras en función de la edad y de la destreza que cada una mostrase y por último recoger los calados terminados para comercializarlos.
Tipologías de Calado
Muchas de las piezas que elaboran las caladoras, están vinculados con «la ropa de casa», que es como genéricamente se conoce a ese amplio ajuar con el que se visten y decoran muchos hogares. Las partes decoradas de las piezas caladas son los bordes y el centro.
Los puntos que se utilizan reciben diferentes nombres, según la forma y la zona donde se realiza el trabajo, algunos de estos son: coser y cantar, redondel, redondillo, flor de tela, flor de almendro, galleta, madrigal y fino. Algunas piezas que podemos encontrar elaboradas con esta técnica del calado son: manteles, colchas, sábanas, toallas, tapetes, caminos de mesa, pañuelos, bolsas de pan, cortinas, delantales, blusas o prendas de vestir del traje tradicional.
Elaboración a partir de materiales de la FEDAC (Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria).
Concejalías de Turismo, Desarrollo Etnográfico y Patrimonio Cultural
Cabildo Insular de Gran Canaria
Patronato de Turismo, de Gran Canaria