Sopa de la Virgen de Carrizal

La tradicionalmente conocida Sopa de la Virgen del Buen Suceso, es plato típico de la zona de El Carrizal, que se preparaba el 15 de agosto por la mañana, festividad de la Virgen del Buen Suceso para calentar las madres de los mañaneros que habían estado toda la noche de “bailoteo” y de los que regresaban de la misa de primera hora de la mañana.

Pero esta sopa, no es una sopa cualquiera, aunque por su sencillez tiene truco y mucho gusto.

– Elaboración:

En un caldero se mete carne de vaca, agua, garbanzos y especias (clavillo, tomate, cebolla y una cabeza de ajo, laurel y un manojito de hierbabuena).

Se cocina todo y cuando esté la carne tierna, se separa el caldo, se deja para el día siguiente y se prepara la sopa: en una cazuela de barro se cubre el fondo con rebanada de papas crudas, sobre éstas, rebanadas de pan de puño (importante que sea de Ingenio).

Se espolvorea con canela molida y azúcar, se baten cuatro huevos y se cubre. Poco a poco se riega con el caldo reservado y cuando el pan esté bien mojado se pone a fuego lento, cuando rompa el hervor se deja un poco y lista para servir.

Esta antigua receta canaria fue galardonada el día 29 de mayo de 2001 en el Concurso de Gastronomía Canaria, celebrado en la Institución Ferial de Canarias (Infecar), denominado Sabores Canarios. Al concurso se presentó Doña Rita Martín, natural del municipio de Ingenio, quien aprendió a elaborarla de mano de su abuela Mamá Lola.

Sopa de Ingenio o Sopa de Pan

Entre otras sopas tradicionales del municipio, a este delicioso manjar se une la popularmente conocida Sopa de Ingenio o Sopa de Pan. Se trata de un plato muy similar, pero de elaboración más simple, y se compone de carne de puchero de vaca con hueso y tuétano, agua, azafrán, cebolla, tomate, pimiento, ajo y garbanzos, guisado todo en crudo en un caldero.

En un recipiente aparte se introduce las rebanadas de pan de puño de varios días, a ser posible, junto con un trozo de pimiento verde, hojas de hierbahuerto y un trozo de pimienta y yema de huevo crudo (opcional). El caldo, bien caliente con algunos garbanzos, se va esparciendo despacio sobre las rebanadas de pan hasta que adquieran la consistencia deseada. Su degustación suele ir acompañada por un vasito de vino dulce o “abocado”.

Se consumía preferentemente los días de las fiestas patronales y algún domingo o festivo, como desayuno en familia o asistir a la casa de algún amigo en la que la madre tuviera una habilidad especial para prepararlas, costumbre que aún se conserva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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